Pocos lugares en el mundo transmiten tan vívamente unos hechos tan lejanos en el tiempo. En Oradour sur Glane, una pequeña población del Lemousin en pleno centro de Francia, se cometió unos de los asesinatos más atroces llevados a cabo por las Waffen SS nazis en suelo occidental. El pueblo es un memorial de aquel fatídico día dónde todo está tal cómo quedó después del crimen nazi.
¿Dónde, cuándo y qué sucedió? Oradour sur Glane era un pequeño poblado del departamento de Haute-Vienne en el Lemousin francés, de carácter eminentemente rural. Según la historia era una población apacible y alejada de actividades partisanas (terroristas para los nazis) que si que eran muy comunes en esa zona de Francia. Por su tranquilidad y bucólico paisaje era turísticamente conocida en ámbitos regionales e incluso fuente de inspiración de algunos artistas. El pueblo, pese a ser un lugar ocupado por un país extranjero, vivía en paz y en una relativa prosperidad. Sus habitantes, por tanto vivían en un ambiente de rutuinaria seguridad.
Toda la paz y tranquilidad que se respiraba en Oradour, aún en tiempos de guerra, cambió para siempre el mediodía del 10 de junio de 1944, cuando el 1er Batallón del Regimiento Der Führer de la División SS Das Reich entró en el pueblo alrededor de las 14:15h. En seguida y con la conocida precisión y rapidez nazi separaron a los hombres y a las mujeres y niños. A los hombres se los fueron llevando a diferentes puntos del pueblo, dónde fueron fusilados. A las mujeres y los niños los reunieron en la Iglesia del pueblo, lanzaron granadas de humo y ante el pánico que esto generó, aniquilaron con fusiles ametradalladoras a mujeres y niños que intentaban escapar. El resultado fue devastador 190 hombres fusilados y 245 mujeres y 207 niños ametrallados o quemados en la Iglesia. En total 642 personas, varios de ellos refugiados políticos españoles, seres humanos que perdieron la vida, víctimas de la sinrazón y la barbarie humana. El destino quiso que de todo el mundo que se encontraba aquel fatídico día en Oradour, sobreviviese apenas una decena de personas, que se escondieron antes de que las Waffen-SS les sacasen de sus casas o como el dramático caso de Madamme Rouffanche que consiguió salir subiéndose a la mesa del altar y escapar por la ventana que había encima. Al saltar se rompió un pie pero consiguió huir. El drama aún se hizo más elocuente cuando una madre consiguió entregar a su bebé a Madamme Rouffanche pero al intentar salir ella por la ventana fue ametrallada.
¿Qué se puede ver? Oradour hoy día está tal como lo dejaron los nazis cuando se marcharon el 13 de junio de 1944. Se creó un Oradour sur Glane nuevo, pero el de los hechos se conservó para mantener vivo el recuerdo de los que allí perecieron y de los horrores de la Guerra. Para entrar hay que hacerlo a través del Centro de la Memoria, inagurado en el año 1999 y que acoge exposiciones permanentes y temporales sobre Oradour y hechos relacionados así como una interesante librería dónde el visitante se puede documentar sobre lo sucedido.
Éste es mi pequeño homenaje-testimonio para que nunca se olviden estas atrocidades. A mí me conmovió mucho el estar allí. No os dejará indiferentes.